Wendy Cope

DATOS BIOGRÁFICOS

Wendy Cope es una galardonada poeta inglesa contemporánea. Fue educada en la Escuela Farringtons y leyó historia en el St Hilda \ ‘s College, Oxford. Ahora vive en Winchester con el poeta Lachlan Mackinnon. Después de su graduación de St Hilda \ ‘s College, Cope pasó quince años como maestra de escuela primaria. En 1981 se convirtió en editora de Arts and Reviews para la revista Inner London Education Authority- Contact. Cinco años después se convirtió en escritora independiente y fue crítica de televisión para la revista The Spectator hasta 1990.Se han publicado tres libros de su poesía (Making Cocoa for Kingsley Amis en 1986, Serious Concerns en 1992 y If I Don \ ‘t Sé en 2001), y ha editado varias antologías de versos cómicos.En 1998 fue elegida por los oyentes en una encuesta de BBC Radio 4 para suceder a Ted Hughes como Poet Laureate. Fue jueza del premio Man Booker 2007.

FLORES

Algunos hombres nunca lo piensan.
Tú sí, tú te presentabas
Y decías que casi me habías traído flores
Pero algo había ido mal.

La tienda había cerrado. O tuviste dudas –
De la clase que mentes como las nuestras
Tienen sin cesar. Pensaste que
Yo podría no querer tus flores

Aquello me hacía sonreír y abrazarte.
Ahora sólo puedo sonreír.
Pero, mira, las flores que casi trajiste
Han durado todo este tiempo.

TRAS EL ALMUERZO

En el puente de Waterloo, donde nos dijimos adiós,
las condiciones meteorológicas me hacen llorar.
Me las seco con uno de mis negros guantes de lana
y trato de no darme cuenta de que me he enamorado.

En el puente de Waterloo intento pensar:
No es nada. Estás colocada de carisma y alcohol.
Pero en la gramola que llevo dentro suena una canción
que dice otra cosa. ¿Y cuándo no ha acertado?

En el puente de Waterloo con el viento en el pelo
estoy tentada de saltar. Estás idiota. Me da igual.
La cabeza hace lo que puede, pero manda el corazón:
lo reconozco antes de llegar a cruzar al otro lado.

PASTORAL

Ojalá fuese una poeta provinciana
que hablase de la naturaleza.
Cuando pensase en los poetas de Londres
murmuraría siniestra: “los odio”.

Y fuera saldría a patear el campo, senderos salvajes
con mis vaqueros y botas camperas.
Una poeta provinciana no necesita carmín
ni medias ni chaquetas respetables.

El desorden de la vida urbanita, qué maravilla
deshacerse de ello
y pasar el tiempo en comunión con el todo,
sentada sobre un muro seco de piedra.

Y después de un largo día en comunión
deambular de vuelta a casa para un bocado,
luego al pub con gente de la auténtica,
que se pimpla doce pintas cada noche

para pasar las noches provincianas
sin tanto aburrimiento ni dolor.
¡Gente de verdad, tan sólida y tranquila
como un autobús de Londres bajo la lluvia!

Algún día iré a vivir al campo
y muchos cuadernillos llenaré
con mis observaciones sobre animales (todos
muertos porque están más quietos).

Ovejas muertas y conejos aplastados. Oh, me encantará.
Mi rostro estará calmo y bronceado
y brillará de amor por toda la creación
exceptuando a los poetas urbanitas.